La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe al estrés como una enfermedad reciente.
Cuando enfatizamos en el término “estrés laboral”, hablamos de estrés asociado al ámbito del trabajo, este tipo de estrés puede ser puntual o crónico. Las causas del estrés laboral pueden ser múltiples y se intensifican con el paso del tiempo, llegando a provocar daños para la salud como insomnio, ansiedad, depresión, etc.
Se genera debido a la excesiva presión que tiene lugar en el entorno de trabajo. Generalmente es consecuencia del desequilibrio existente entre la exigencia laboral (también propia) y la capacidad o recursos disponibles para cumplirla eficientemente.
Hay que intervenir lo más tempranamente posible para evitar que el estrés laboral interfiera en nuestra salud, física y psicológica.
A RASGOS GENERALES, HAY UNA SERIE DE FACTORES QUE TE INDICARÁN QUE SUFRES DE ESTRÉS:
- Dolores de cabeza de manera frecuente.
- Malestar estomacal.
- Problemas para conciliar el sueño por la noche.
- No dejar de pensar en el trabajo, incluso en tu tiempo libre.
- Carácter irascible sin motivo aparente.
- Sensación de que el trabajo no te está realizando como persona cuando, en realidad, sí que te gusta lo que haces.
¿CÓMO CONTROLAR EL ESTRÉS EN EL TRABAJO ?
Os dejamos las siguientes pautas para que el estrés laboral no pase factura a tu salud ni a tu implicación con tu trabajo.
- Es importante tener una buena gestión del tiempo y sobre todo ser consciente de las capacidades de uno mismo, convirtiendo cada momento en lo más productivo posible sin perjudicar a la salud.
- Separar la vida laboral de la personal y familiar (desconectar completamente del trabajo una vez que salimos de la oficina).
- Hacer ejercicio para tener un buen estado físico y desconectar.
- Llevar una dieta equilibrada.
- Dormir las horas correspondientes.
En definitiva, hay que ser consciente de que esta enfermedad existe y saber cómo gestionarla y solucionarla, no llegándola a convertir en una enfermedad crónica.
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